El rugby en silla de ruedas (también conocido como quad rugby o rugby en silla) es una disciplina paralímpica apasionante que combina estrategia, contacto, velocidad y trabajo en equipo. Pero más allá de la espectacularidad deportiva, es también una expresión de inclusión: personas con discapacidad motora severa pueden competir en igualdad de condiciones.
Lo que muchas personas no saben es que, aunque el deporte es mixto por tradición, la presencia femenina ha sido muy limitada. Por eso cobra tantísima importancia la iniciativa de las Felinas, el primer equipo femenino español de quad rugby, que busca visibilizar esta modalidad, empoderar a mujeres con discapacidad y demostrar que el rugby adaptado también tiene rostro femenino.
Qué es el rugby en silla (quad rugby): lo esencial
Para entender bien este deporte, conviene repasar su origen, reglas básicas y contexto global:
El rugby en silla surgió en Canadá en 1977 como una alternativa para deportistas con tetraplejia (con afectaciones motoras en brazos y piernas)que querían un deporte de equipo más exigente. Originalmente se le conocía como “murderball” por su intensidad.
Actualmente, el rugby en silla es un deporte paralímpico y se practica en más de 20 países alrededor del mundo.
Se juega en recintos cerrados, en pistas del tamaño de una cancha de baloncesto (28 m × 15 m) y con cuatro jugadores por equipo en pista.
Los jugadores tienen una clasificación funcional (desde 0,5 hasta 3,5 puntos) según su grado de movilidad en brazos y manos, y el total de puntos en cancha por equipo no puede superar cierto límite para equilibrar equipos.
Aunque existe contacto entre las sillas, no se permite el contacto físico entre jugadores.
En España, el quad rugby está regulado a través de la Federación Española de Deportes de Personas con Discapacidad Física (FEDDF).
Todo esto convierte al rugby en silla en un deporte exigente física y tácticamente, que también exige adaptaciones de equipo, silla robusta, conocimiento técnico de clasificación y un alto grado de entrenamiento.
Las Felinas: la apuesta valiente del deporte femenino en quad rugby
Quiero contaros la historia de un proyecto apasionante que tiene un valor simbólico enorme: las Felinas, el primer equipo femenino español de rugby en silla.

Orígenes y motivación
Aunque el rugby en silla es por naturaleza mixto, en la práctica muy pocas mujeres participan. El deporte ha acabado dominado por hombres, en parte por barreras culturales, de visibilidad y acceso.
Hace tres años, un grupo reducido de mujeres españolas decidió tomar la iniciativa: juntarse para crear un equipo femenino específico.
Cada una ya jugaba en su ciudad, en el circuito mixto nacional (el deporte en España tiene liga nacional desde hace más de 6 años), pero sentían que era necesario un espacio propio para visibilizar su presencia.
Participación en la Women’s Cup 2024
- Su primer gran reto fue acudir al torneo internacional Women’s Cup 2024, celebrado en París.
- A pesar de las dificultades económicas —sin apenas ayudas oficiales—, las Felinas lograron competir y quedarse con un 5.º puesto.
- Además, su capitana Marinés Cortázar obtuvo el galardón MVP de puntuación 2,5, un reconocimiento sobresaliente para un equipo que comenzaba.
- El equipo estaba formado por ocho jugadoras: Cristina García, Lidia Ramos, Marinés Cortázar, Mamen Movellán, Marta Llauradó, Cristina Reyes, Rebeca León y Yuly Quiceno.
- El torneo reunió clubes y combinados de varios países, superando la barrera de lo meramente local para colocar a las Felinas en el mapa internacional del rugby femenino adaptado.
Significado institucional y simbólico
La participación de las Felinas en la Women’s Cup representa un paso decisivo para el desarrollo del rugby femenino en silla en España, una modalidad que aún no cuenta con reconocimiento formal como deporte femenino independiente.
Su visibilidad no solo tiene un impacto deportivo: impulsa que más mujeres con discapacidad conozcan la modalidad e incluso se animen a formar parte de ella.
Las Felinas no solo compiten, sino que también funcionan como embajadoras del deporte inclusivo, mostrando que la pasión, el esfuerzo y el compañerismo no tienen género ni barreras.
La dimensión femenina en el rugby en silla: brecha y señales de cambio
Aunque el rugby en silla es oficialmente un deporte mixto, la presencia femenina ha sido históricamente limitada. Pero los datos recientes apuntan hacia una tendencia de cambio:
- En el Campeonato Mundial de Rugby en Silla de 2022 se registró un récord de participación femenina: más de 40 mujeres de 10 países participaron en torneos mixtos europeos e internacionales.
- La Women’s Cup como torneo femenino viene ganando fuerza como plataforma para dar espacio exclusivo a mujeres.
- Un artículo académico reciente discute las dificultades que enfrentan las mujeres en este deporte mixto, por ejemplo, desigualdad de oportunidades, estereotipos de género y falta de apoyo institucional. Taylor & Francis Online
- En España, la iniciativa de las Felinas es pionera, y podría incentivar políticas de apoyo, becas, visibilidad mediática y programas específicos para garantizar que más mujeres puedan acceder.
El deporte femenino adaptado no debe depender únicamente de iniciativas independientes: necesita respaldo estructural. Pero el hecho de que equipos como las Felinas existan ya marca un antes y un después.
El rugby en silla como deporte inclusivo: valores, retos y beneficios
Este deporte no solo sirve como espectáculo o recreación: tiene un valor profundo en términos sociales, personales y comunitarios:
Valores e impacto social
- Inclusión real: el rugby en silla demuestra que las personas con discapacidad motora severa pueden practicar deportes de alto rendimiento.
- Visibilidad y ruptura de estigmas: al aparecer en televisión, redes y medios, rompe barreras culturales.
- Trabajo en equipo e identidad: fomenta sentido de pertenencia, autoestima y comunidad entre quienes participan.
- Equidad de género: el impulso del deporte femenino adaptado refuerza el mensaje de que la discapacidad no debería ser un freno adicional a la desigualdad de género.
Retos persistentes
- Falta de infraestructura adaptada (gimnasios adecuados, canchas interior con accesos, sillas especializadas).
- Recursos financieros limitados: muchas iniciativas, como las Felinas, deben costear viajes, equipamiento y logística por cuenta propia.
- Escasa atención mediática en comparación con deportes tradicionales, lo que dificulta sponsors y visibilidad.
- Escasez de mujeres inscritas; se necesita captación, formación y soporte desde edades tempranas.
- Necesidad de políticas y federaciones que reconozcan explícitamente torneos femeninos dentro del rugby en silla.
Beneficios deportivos y personales
- Mejora de la condición física: fuerza, resistencia, coordinación en situaciones complejas.
- Desarrollo cognitivo y táctico: el rugby en silla exige planificación estratégica constante.
- Bienestar psicológico: deporte competitivo, redes de apoyo y posibilidad de superación personal.
- Inspiración para nuevas generaciones: ver mujeres con discapacidad compitiendo abre horizontes.

Qué necesita el rugby en silla femenino para crecer en España
Para fortalecer esta modalidad como deporte inclusivo y femenino, algunas líneas estratégicas son claves:
- Apoyo institucional y patrocinio
Las federaciones, ayuntamientos y gobiernos autonómicos deben incorporar ayudas específicas para equipos femeninos adaptados. - Visibilidad mediática y difusión
Medios deportivos deben cubrir competiciones, perfiles de jugadoras y proyectos como las Felinas. - Formación y captación temprana
Introducir el rugby en silla en centros de rehabilitación, asociaciones de personas con discapacidad y escuelas deportivas. - Infraestructura y equipamiento justo
Espacios accesibles, sillas de competición financiadas o subvencionadas, entrenadores formados en deporte adaptado. - Eventos exclusivos femeninos
Crear ligas, torneos o circuitos reservados para mujeres, para que el crecimiento sea más visible y motivador.
Más que deporte, un movimiento
El rugby en silla es ya un deporte consolidado dentro del panorama paralímpico mundial. Lo que está en transformación es su dimensión inclusiva real y su cara femenina. Las Felinas han dado un salto valiente al representar España en un torneo internacional, con todas sus limitaciones, pero con una visión clara: que este deporte también sea suyo.
Si queremos un futuro donde más mujeres con discapacidad puedan decir “yo juego al rugby”, hace falta respaldo, visibilidad y acción. Pero el primer paso ya está dado: las Felinas alzaron la voz, encendieron una llama. Que su esfuerzo inspire a muchas más.